sábado, 6 de noviembre de 2010

Ensayo final del módulo propedeútico


Resumen.

El papel del profesor, no es solo el de un trasmisor de conocimientos que les permiten a los alumnos incorporarse al mercado laboral, el profesor tiene la responsabilidad de trasmitir valores a sus estudiantes en la búsqueda de tener mejores ciudadanos. Lo anterior lo afirmamos basándonos en la concepción de los griegos y la escuela nueva del profesor como un compañero, camarada, que instruya a los alumnos de manera integral (con los valores incluidos).No formar a los estudiantes en valores, ha derivado en muchos de los casos, en una descomposición social, que nos ha traído como consecuencias la violencia, la delincuencia y otros males sociales.

El papel del profesor en la formación de valores.

Introducción. ¿Hasta dónde es responsable el profesor en la formación en valores?

Este texto pretende establecer una reflexión en cuanto al papel que deben desarrollar los profesores en la formación en valores, ya que el trabajo fundamental del docente es la trasmisión de conocimientos sobre la materia específica que imparte, por lo que formar a los alumnos en valores se podría llegar a considerar un trabajo extra u opcional, pues lo importante es preparar a los estudiantes para insertarse al mercado laboral.

En esta reflexión sostengo que papel del docente debe ser el de un formador en valores y conocimientos, a causa de que el profesor ha jugado históricamente en las grandes civilizaciones, un papel no solo de trasmisor de conocimiento a los alumnos o del vigilante de la disciplina, más allá de esto su labor ha sido brindar al estudiante una formación integral -además de ser un acompañante, un camarada, que está cerca de sus alumnos y que incluye los valores en la educación de éstos-así este maestro contribuye a formar mejores ciudadanos y coadyuva al fortalecimiento social.

Propongo pues hacer una revisión del papel de maestro desde cuatro puntos de vista, el griego, en la modernidad, desde la perspectiva de la escuela tradicional y la escuela nueva, para poder encontrar cómo una educación integral impacta en un mayor beneficio para el estudiante y para la sociedad.

Por otro lado sostendré cómo la falta de educación y valores han erosionado nuestra sociedad (con violencia, delincuencia, etc.) y cómo es que la educación de calidad en valores es una respuesta a esto.

La pregunta sería, ¿es responsabilidad del profesor educar en valores? y ¿qué trascendencia tiene la falta de valores en la educación en la sociedad?

El ejemplo griego y la formación de valores y la pérdida de la formación de valores y la posmodernidad.

Para comenzar definiremos los consideramos valores, retomando al filósofo Aguilar, (2008. Cit. Bujardón) quien los define de la siguiente manera “Valores humanos es la significación socialmente positiva que tiene la realidad para el hombre como elemento fundamental de sus relaciones sociales y que tiene como su contrapuesto el antivalor”.

Para poder ver y entender la responsabilidad del profesor en la formación en valores es bueno revisar algunos antecedentes históricos, por ejemplo, el maestro tiene una de sus concepciones más completas en la antigua Grecia, que está considerada como la cuna de la educación humanística, donde los profesores eran los encargados de la formación moral y espiritual de la juventud. La sociedad griega no puede ser concebida sin la figura del maestro sabio, guía de la sociedad. (Remolina De Cleves, Velásquez, Bertha M & Calle, 2004).

Tanto los griegos como los romanos basan el éxito de su desarrollo social en los grandes maestros como Sócrates, Platón, Aristóteles etc., no olvidemos que éstos también han llegado a ser, con el tiempo, grandes maestros de la humanidad y guías del saber mundial(Remolina De Cleves et al, 2004).

Sin embargo el desarrollo social e histórico trajo cambios en la concepción de la educación y vamos a dar un salto hacia la visión del modernismo en cuanto al papel del profesor.

Situamos el modernismo entre los siglos XII y XV comprendiendo periodos del Renacimiento, hasta el gran refuerzo que trajo a esta corriente, la ilustración en el siglo XVIII. En estos periodos los valores cambian, se concibe la libertad como uno de los valores más preciados, en contraposición a la opresión religiosa de la iglesia que era la poseedora de conocimiento, además de tener con Descartes la idea del sustento de la educación basada en la razón. (Remolina De Cleves et al, 2004).

Como menciona Luis González Seara esta escuela moderna buscaba educar ciudadanos que tuvieran bases seculares, donde los derechos y libertades fueran encaminados a fortalecer la democracia y el sistema de mercado donde se vive (Remolina De Cleves et al, 2004), dejando de lado, en mi punto de vista, una formación de valores, por el temor de que ésta llegara a ser o parecer religiosa o moral en un sentido retrograda y dogmático.

La educación con estas bases seculares, tiene hasta nuestros días un fuerte arraigo, en México vemos, por ejemplo, la idea de la educación laica y gratuita, como una de las conquistas de la Reforma, sin embargo en muchas ocasiones en la educación pública en el afán de ser laicos, se prioriza la obtención de conocimientos como la única obligación de los docentes.

El papel del profesor en la escuela tradicional y el papel del profesor en la escuela nueva.

A parte de los rasgos de las escuelas de la época moderna mencionados anteriormente, la escuela en México cuenta con características de la llamada escuela tradicional, cuyo origen data del siglo XVII, donde la educación se impartía en los internados religiosos, en éstos se priorizaba- por sobre todo, la vigilancia al alumno- para que éste no cayera en sus apetencias naturales, deseos y se condujera de manera recta. (Palacios, 2010)

El papel del profesor en dicha corriente pedagógica es claro, debe guiar y dirigir a los alumnos, él es quien les traza el camino que deben seguir, lo deben imitar y obedecer para acostumbrarse a hacer la voluntad de sus superiores de manera inmediata. (Palacios, 2010)

En este tipo de educación los castigos y la disciplina son fundamentales para guardar el orden, (Palacios, 2010) es de esperarse que la relación alumno maestro sea lejana; pues lo importante aquí es transmitir conocimiento y no se concibe crear una relación afectiva entre éstos, por lo tanto, es complicado que en este tipo de educación el profesor vea al alumno como un ser que necesita formación en valores.

Esta corriente pedagógica cree que incluso el miedo es aceptable, mientras ayude al alumno a cumplir con sus deberes, como menciona Palacios (2010):

Se trata de estimular constantemente el progreso del alumno. Ratichius está convencido de la eficacia del castigo pues éste obliga a trabajar a los alumnos, los cuales, aunque al principio lo hagan por temor, acaban tomando gusto a su trabajo y encontrando placer en él. Sin embargo, hoy en día podemos observar que la educación tradicional, que es la que predomina en la educación básica y media en México, está demostrando carencias en cuanto a la calidad de los conocimientos más básicos que debe transmitir; por lo que no podemos esperar que un conocimiento que se considera secundario, como los valores, sean impartidos con calidad.

La poca eficacia de esta educación podemos verla reflejada en los números que arroja la última evaluación “la Evaluación Nacional de Logro Académico en Centros Escolares” (Enlace) 2010 de la Secretaría de Educación Pública, donde si bien lo que se mide es el conocimiento básico de los estudiantes de educación básica y media superior; la prueba nos muestra también que no está siendo exitosa la relación alumno maestro.

Por tomar un ejemplo, vemos la materia de español que es básica para el desarrollo de cualquier habilidad posterior, considero que es una asignatura donde hay una gran oportunidad de desplegar a la par valores, sin embargo la mayoría de los estudiantes están evaluados en un rango reprobatorio o aprobatorio con el mínimo.

Enlace 2010 evaluó a 13.7 millones de alumnos de tercero a sexto grados de primaria y de los tres niveles de secundaria en español, matemáticas e historia.

Se evaluaron a 884 mil jóvenes de tercero de bachillerato.
En primaria 67.2 % se ubicaron en los niveles de insuficiente y elemental en sus conocimientos de español en 2009 se tuvo 63 %.
En secundaria, en español el total de estudiantes que alcanzan un nivel insuficiente y elemental tuvo 82.4% en comparación a un 81.8 % de 2009. (Solano, 2010).

Una evolución de la escuela tradicional es la escuela nueva, que surge a finales del siglo XIX y principios del XX y cuyas principales características son como menciona Gal (1968.Cit. en Mialared Cit. en Palacios 2010):

Preparar al estudiante para el triunfo del espíritu sobre la materia, respetar y desarrollar la personalidad, formar el carácter y desarrollar los atractivos intelectuales, artísticos y sociales propios del alumno (…) y el desarrollo del espíritu de cooperación, la coeducación y la preparación del futuro ciudadano, de un hombre consciente de la dignidad de todo ser humano. (p.5)

El papel del profesor, en dicha corriente, es más compatible con la idea de las educación en valores, pues para ésta el profesor es un camarada que tiene una relación de afecto con el alumno, que incluso, va más allá de los horarios de clase (Palacios, 2010) por lo que este docente no se limita a impartir conocimientos a los estudiantes, es quien los guía en un ambiente de libertad y corresponsabilidad, donde en vez de la disciplina y los castigos, el profesor predica con el ejemplo; recuperando a Remolina De Cleves(2004 p.272 ), “la verdadera autoridad no violenta a nadie, no obra por imposición sino por convicción. Su fuerza brota del mismo fondo de la vida.”

La falta de valores y de oportunidades educativas que traen la descomposición social.

Desafortunadamente, la educación que predomina en México, es la que sigue el modelo tradicional; donde como pudimos ver es difícil la transmisión de valores, en la educación con un modelo tradicional el profesor es la máxima autoridad en el salón de clases y solo se encarga de la transmisión de conocimiento sin realmente preocuparse por la formación integral de sus alumnos.

¿Y qué repercusión tiene la casi inexistente educación en valores? ¿Podríamos afirmar que la descomposición social que vive México (violencia, crimen) se deriva de la falta de oportunidades y de la educación de baja calidad?

Algunas estadísticas que hablan de la juventud en México, nos pueden dar un panorama de cómo si son afectados los jóvenes que en lugar de estar contando con una formación para ayudarlos a ser ciudadanos buenos y productivos, se encuentran sin oportunidades de estudiar, o en otros casos, en una educación que sólo privilegia la formación en conocimientos.

Un buen ejemplo son las pocas oportunidades de educación que se dan en el país, “hay 7.5 millones de personas en edad universitaria sin acceso a la educación superior, y 2.4 millones adicionales no pudieron ingresar al bachillerato.” (Riva Palacio, 2010)

Por otro lado, tenemos las cifras de la juventud que no se dedica a estudiar o a trabajar, “La cifra de jóvenes que no tienen ni empleo ni educación, los llamados "ninis", según el Rector de la UNAM, Narro cifra en 7.2 millones de personas entre 12 y 29 años, y Lujambio, el Secretario de Educación en 285 mil.” (Riva Palacio 2010)

Las cifras anteriores nos dan una idea de la situación que vive nuestro país, al respecto de la juventud y las oportunidades de educación que ésta tiene; la falta de educación deriva en la ocupación de algunos de estos jóvenes en la delincuencia organizada, los que ante la falta de oportunidades ven en esta actividad una salida para ganar dinero fácil.

Según cifras recuperadas “El 42 por ciento de los sicarios detenidos por la Policía Federal tiene entre 20 y 30 años; el 21 por ciento entre 30 y 35; y el 20 por ciento menos de 20.” Por otro lado, “según el Centro Binacional de Derechos Humanos en Tijuana, la expectativa de vida de un joven que se enrola con los narcotraficantes, es de tres años. Lo saben y no les importa. Siguen siendo material indispensable en los ciclos naturales de reclutamiento”. (Riva Palacio 2010)

Los números anteriores, nos permiten ver que la descomposición social y el estado de violencia que vive el país, tiene como a algunos de sus actores principales, jóvenes en edad de recibir educación y que lejos de tenerla, se inclinan por la delincuencia como opción de vida.

Es interesante, en el caso de los sicarios jóvenes, que ante la falta de valores en su hogar y sin la oportunidad de asistir a la escuela, que debería tomar un papel fundamental en la formación de éstos, muestran una total carencia de valores, haciendo del asesinato a sueldo su modo de vida e incluso atentan contra la propia, al saber de antemano, que según la estadística del Centro Binacional de Derechos Humanos de Tijuana, no vivirán más de tres años.

Conclusiones. El compromiso de los profesores en la formación de calidad y valores y su aportación a la resolución de los problemas de descomposición social en México.

En este texto hemos analizado el papel del profesor como formador de valores que contribuye con esta aportación a la sociedad. Vimos que desde la antigua Grecia se concebía una educación integral, vimos también, como la modernidad y las ideas de libertad ante lo dogmático de la educación religiosa, trajo consigo una separación de los valores y se dio prioridad al conocimiento y a la razón.

Por otro lado, se mencionaron las características y el papel que juega el docente en dos distintas concepciones de la educación; la escuela tradicional, que es el modelo que aplican la mayoría de los profesores en México y cuyo eje principal es la disciplina y el castigo, lo que produce distanciamiento y dificulta la confianza para la transmisión de valores.

La escuela nueva, por su parte, sostiene que el profesor debe ser un camarada que tenga la confianza del alumno y él cual, en un ambiente de libertad, guie al estudiante no solo a tener conocimientos sino a desarrollarse de manera integral, teniendo los valores como punto importante y siendo él mismo, un ejemplo a imitar por el alumno.

Por último, vimos que la falta de oportunidades y la ineficacia del sistema de educación en México para formar buenos ciudadanos, ha traído como consecuencia una descomposición social que ha derivado en violencia, asesinatos, etc.

Concluyo que no podemos hablar de una verdadera calidad educativa, si ésta no contiene valores; ya que la carencia de éstos simularía una falsa neutralidad, pues una educación en valores que no es explícita no puede ser valorada y entraría a formar parte de un currículo oculto, que supondría que la educación con valores no es importante. (Schmelkes, 2004)

Viendo todo lo anteriormente mencionado, el maestro tiene la obligación de educar con un sistema de valores explícito y no solo enfocarse en la transmisión de conocimientos racionales o técnicos; debido a que tiene en sus manos parte de la formación de nuevos ciudadanos, que en su día a día se enfrentan a dilemas éticos y que deben poder hacer frente a éstos, con lo que aprendieron en un sistema de libertad y fraternidad con su docente que fue su guía.

Por tanto los profesores mexicanos deben aspirar a educar mejores ciudadanos, siendo la educación en valores un arma importante para combatir el
estado de violencia y caos que tiene su raíz en un sistema casi inexistente de valores en el país.

REFERENCIAS

Bujardón, A (2008) Tratamiento del concepto de valores humanos desde un enfoque de las ciencias de la educación, Scielo. Recuperado el 28 de octubre de 2010, de http://scielo.sld.cu/scielo.php?pid=S1727-81202008000100006&script=sci_arttext

Palacios J (2010), la cuestión escolar; Críticas y alternativas; especialidad de competencias docentes para la educación superior, Universidad Pedagógica Nacional.

Remolina De Cleves, N., Velásquez, Bertha M., & Calle M., M. (2004). El maestro como formador y cultor de la vida, Tabula Rasa [en línea], 263-27. Recuperado septiembre 23 de 2010, de http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=39600215 ISSN 1794-2489

Riva Palacio, R. Fabrica de delincuentes.NSS Oaxaca información minuto a minuto. Recuperado el 7 de octubre de 2010 de http://www.nssoaxaca.com/columna-nacional-de-hoy/46334-fabrica-de-delincuentes

Schmelkes, S. (2004). “Educación valoral y la calidad de la educación”. Seminario de Educación en Valores organizado por el Instituto de Fomento a la Investigación Educativa. 26 pp. Recuperado el 1 de octubre de 2010 de http://cecte.ilce.edu.mx/docs/diplom/valedu/schmelkes.doc

Solano, P. (2010, Julio 26) Avances mínimos y retrocesos de 13.7 millones de alumnos: Enlace. La Jornada. Recuperado el 7 de octubre de 2010 de http://www.jornada.unam.mx/2010/09/01/index.php?section=sociedad&article=043n1soc

Ensayo final del módulo propedeútico